Marcos Ana (Alconada, Salamanca, 1920) fue uno de los presos políticos quemás tiempo pasó en las cárceles franquistas: 23 años. Cuando salió enlibertad tenía 41. Y no conocía el amor. Pero sí se conocían sus versos. Éllos escribía en la celda. Y los sacaba clandestinamente al exterior. Supoesía era la voz de los sin voz. Y cuando recuperó la libertad, recorriótoda Europa -menos Albania- y América, convertido en símbolo de laresistencia antifranquista. Allende lo recibió, y el Che, cuando eraministro en Cuba. Con Neruda estuvo en isla Negra. Ahora, a sus 87 años,todavía militante del PCE y de CCOO, ha llevado al papel todo lo que relatócuando comparecía en los actos públicos que lo homenajeaban.«Llevaba 22 años en la cárcel y ya me costaba recordar las cosas más elementales de la vida. Por eso escribí el poema Decidme cómo es un árbol». Ése verso da nombre al libro, que lleva por subtítulo Memoria de la prisión y la vida. Este poeta, que en realidad se llama Fernando Macarro, adoptó su nombre artístico en recuerdo de sus progenitores, también víctimas del alzamiento militar.
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