Esta es la mocón presentada por nuestro Grupo Municipal al respecto:
El pasado 17 de Noviembre de 2.008 fue suprimido sin aviso previo a usuarios ni a trabajadores varios servicios del tren regional entre Madrid y Segovia afectando a varios municipios y, por tanto a sus vecinos, de la Comarca del Guadarrama. Los trenes suprimidos son los que salían de Atocha a las 5:55 y a las 6:55, así que los más perjudicados son los estudiantes y trabajadores que viajan a diario entre Madrid y Segovia. Para estos usuarios no se les presenta más alternativa que el transporte privado (más caro y menos sostenible). La supresión de este servicio llega aun más lejos, afectando no solo a nuestra comarca y nuestra Comunidad sino también a pueblos de la vecina provincia de Segovia como El Espinar, Otero de Herreros, Ortigosa del Monte, Navas de Riofrío y La Losa, donde los efectos sociales son de grave importancia. Alcaldes de estos municipios de diferentes tendencias y partidos políticos ya han realizado alguna reunión con el presidente de RENFE José Salgueiro y con el director general de Servicios de Cercanías y Media Distancia, Javier Pérez Sanz, solicitando la reconsideración de su postura
Desde el Grupo Municipal de IU creemos que este servicio de cercanías mejora la convivencia de los vecinos de Moralzarzal y lo defendemos desde una política general en defensa del transporte público, creemos en la necesidad de potenciar el transporte en ferrocarril público poniéndolo al servicio del conjunto de la sociedad, conservando sus principales virtudes ecológicas, equilibradoras y de seguridad.
Las ventajas principales del ferrocarril de cercanías y media distancia convencional como medio de transporte son variadas frente al transporte privado al que se nos obliga con esta iniciativa:
Ventajas medioambientales:
· Eficiencia energética. El ferrocarril es el medio que con menor gasto de energía es capaz de transportar a un mayor número de personas y mercancías, este hecho resulta trascendental por dos motivos: el transporte en su conjunto es el mayor consumidor de energía, y la producción de ésta es una de las actividades con mayor impacto ambiental.
· Impacto Atmosférico. Una apuesta clara por el ferrocarril en detrimento del transporte por carretera supondría una menor incidencia, tanto en la contaminación atmosférica -debido al menor consumo de combustibles fósiles, principales causantes del efecto invernadero, lluvia ácida, etc.- como en la contaminación acústica, esta última sobre todo en las ciudades.
Ventajas territoriales:
· Menor impacto paisajístico y menor efecto barrera, sobre todo comparado con autopistas, autovías y AVE.
· Menor ocupación del espacio. El espacio es un bien escaso, sin embargo en la construcción de las grandes infraestructuras del transporte no suelen considerarse los valores ecológicos, sociales y económicos de los espacios sacrificados. El ferrocarril convencional requiere mucho menos espacio para transportar el mismo número de personas y mercancías que otros medios de prestaciones similares.
Ventajas sociales:
· El ferrocarril es el medio de transporte más seguro. Al elegir entre las grandes opciones de transporte hay que tener en cuenta la enorme cuota de dolor y sufrimiento que la opción de la carretera supone.
· La apuesta por la carretera ha demostrado su inoperancia a la hora de mover grandes cantidades de personas o mercancías. Los estudios previenen de un futuro colapso de este modelo de transporte y apuestan decididamente por el ferrocarril, además por un ferrocarril útil para el transporte de mercancías, es decir un ferrocarril convencional. A más carreteras más coches, terminando aquéllas por resultar insuficientes.
· El ferrocarril ha sido, y es, no sólo un medio de transporte, sino también una fuente de desarrollo social; suprimir una línea de tren causa un grave daño a los pueblos y comarcas a los que presta servicio, ahonda injusticias y acentúa la tendencia al despoblamiento de las zonas rurales. Las autopistas y el AVE no inciden favorablemente en los municipios que no son puntos de origen o destino y que, por lo general, quedan peor comunicados.
· El ferrocarril convencional mejora nuestra calidad de vida al permitir aprovechar y disfrutar el tiempo empleado en el desplazamiento. Permite retomar el concepto colectivo y comunitario del transporte, favoreciendo la calidad de los valores culturales y sociales del viaje.
· Las potencialidades del ferrocarril lo convierten en el medio adecuado para la integración de colectivos de personas con movilidad reducida (ancianos, minusválidos, etc.), las cuales se enfrentan a trabas a veces insalvables y sufren la exclusión con respecto al resto de los ciudadanos. La puesta en marcha de las normas existentes al respecto facilitando el acceso tanto a los trenes como a las estaciones para las personas invidentes por medio de señalizaciones táctiles, mapas y horarios en sistema Braille, etc..., y la desaparición de las barreras arquitectónicas son elementos vitales para dicha integración.
· Aprovechar al máximo la potencialidad del ferrocarril pasa también por mantener una política de precios populares que facilite el acceso a las personas excluidas o más desprotegidas socialmente como ancianos, personas con recursos económicos limitados, jóvenes, etc..
Pero no nos engañemos, la táctica utilizada por RENFE esta vez no es ni nueva ni original, se basa en escandalizarnos con el déficit de los grandes costes que supone transportar pocos viajeros en determinados trenes, para de esta forma suprimirlos, situación bastante usual en RENFE, producida principalmente por una mala gestión en la adecuación de la oferta a la demanda social, el ejemplo más destacado y utilizado se desarrolla en estos trenes regionales.
Podemos también añadir que desde hace años es tema de debate en la Comunidad Europea la consideración de los llamados costes externos del transporte, es decir, los gastos no directos que asume la comunidad por efecto del transporte, entre los que hay que destacar los perjuicios para el medio ambiente y su repercusión en la salud de las personas, los accidentes y el tiempo perdido en embotellamientos. Aunque este debate sin embargo no ha fructificado en ninguna medida concreta, y se ha limitado a aparentar una respuesta a una demanda social cada vez más acuciante.
Si a la cuenta de resultados de los diferentes modos de transporte se le imputaran los costes externos, el balance sería significativamente más favorable para el ferrocarril que para cualquier otro modo, particularmente la carretera.
Un estudio realizado con datos del año 1995, presentado en abril del 2000, realizado por encargo de la Unión internacional de Ferrocarriles y llevado a cabo por expertos de la Universidad alemana de Karlsruhe y la consultora suiza Infras AG, ha valorado en 88 billones de pesetas por año el coste externo del transporte en Europa (incluyendo a 15 países de la UE, más Noruega y Suiza). Esta enorme cifra equivale al 7,8% del PIB de dichos Estados. A conclusiones parecidas llega la Comisión Europea en otro trabajo que cifra en 39 billones de pesetas los costes externos anuales del transporte en la Unión Europea.
Entre los costes externos ambos estudios destacan los accidentes de tráfico, la contaminación atmosférica, el ruido y la congestión por saturación de carreteras, que por si sola es responsable de la mitad de los costes externos. Como conclusiones se señalan que “sin un cambio sustancial en los hábitos y en las inversiones existentes en el sector del transporte, habrá que contar con mayor congestión y mayores costes externos en el futuro (en torno al 42% del PIB en el año 2010)”.
Aplicando ambos estudios al caso español, se comprueba que RENFE aporta a la sociedad española unos ahorros en costes externos que prácticamente equilibran las compensaciones establecidas en el Contrato Programa, incluido el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria.
Por todo ello debemos evitar los actuales planes para el ferrocarril que pasan por una progresiva privatización, la destrucción de servicios, la elitización del transporte de viajeros, el abandono de los tráficos de mercancías menos especializados, el cierre de estaciones, la especulación con el patrimonio social y la financiación de negocios particulares con fondos públicos.
Es nuestra obligación como corporación apostar por un ferrocarril en las siguientes condiciones:
▪ Un ferrocarril público de titularidad y gestión, orientado a las necesidades de la sociedad.
▪ Un ferrocarril en el que la seguridad se anteponga a cualquier otro criterio.
▪ Un ferrocarril cuyas ventajas reviertan en el ciudadano mediante tarifas asequibles.
▪ Un ferrocarril que facilite la accesibilidad: personas con movilidad reducida, coches de niños, bicicletas, equipajes.
▪ Un ferrocarril que garantice el derecho a la movilidad, incluso en los territorios con mayores carencias en infraestructuras.
No podemos olvidar que el tren tiene que seguir manteniendo una función pública y social. No se puede entender el transporte público como una forma de rentabilidad económica.
Por todo lo anteriormente expuesto, el Ayuntamiento de Moralzarzal acuerda:
· Mostrar su apoyo a la recogida de firmas que están realizando estudiantes de la Comarca en contra de la supresión de varios servicios del tren regional entre Madrid y Segovia, lo mismo que a las gestiones ya realizadas por otros Alcaldes frente a esta agresión.
· Que se inste a RENFE a través de su presidente José Salgueiro y de su director general de Servicios de Cercanías y Media Distancia, Javier Pérez Sanz a que reconsidere la supresión de servicios ferroviarios en ambos sentidos en la línea convencional Segovia-Madrid por el perjuicio que genera a los vecinos de Moralzarzal y a los de los municipios y provincias de su entorno en sus comunicaciones cotidianas.
· Que se inste a RENFE a que negocie y llegue a un acuerdo dialogado con los representantes de los vecinos de los municipios afectados en caso de que sea inevitable la supresión de algún servicio.
· Que se mande el acuerdo del pleno al Ministerio de Fomento y a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
El pasado 17 de Noviembre de 2.008 fue suprimido sin aviso previo a usuarios ni a trabajadores varios servicios del tren regional entre Madrid y Segovia afectando a varios municipios y, por tanto a sus vecinos, de la Comarca del Guadarrama. Los trenes suprimidos son los que salían de Atocha a las 5:55 y a las 6:55, así que los más perjudicados son los estudiantes y trabajadores que viajan a diario entre Madrid y Segovia. Para estos usuarios no se les presenta más alternativa que el transporte privado (más caro y menos sostenible). La supresión de este servicio llega aun más lejos, afectando no solo a nuestra comarca y nuestra Comunidad sino también a pueblos de la vecina provincia de Segovia como El Espinar, Otero de Herreros, Ortigosa del Monte, Navas de Riofrío y La Losa, donde los efectos sociales son de grave importancia. Alcaldes de estos municipios de diferentes tendencias y partidos políticos ya han realizado alguna reunión con el presidente de RENFE José Salgueiro y con el director general de Servicios de Cercanías y Media Distancia, Javier Pérez Sanz, solicitando la reconsideración de su postura
Desde el Grupo Municipal de IU creemos que este servicio de cercanías mejora la convivencia de los vecinos de Moralzarzal y lo defendemos desde una política general en defensa del transporte público, creemos en la necesidad de potenciar el transporte en ferrocarril público poniéndolo al servicio del conjunto de la sociedad, conservando sus principales virtudes ecológicas, equilibradoras y de seguridad.
Las ventajas principales del ferrocarril de cercanías y media distancia convencional como medio de transporte son variadas frente al transporte privado al que se nos obliga con esta iniciativa:
Ventajas medioambientales:
· Eficiencia energética. El ferrocarril es el medio que con menor gasto de energía es capaz de transportar a un mayor número de personas y mercancías, este hecho resulta trascendental por dos motivos: el transporte en su conjunto es el mayor consumidor de energía, y la producción de ésta es una de las actividades con mayor impacto ambiental.
· Impacto Atmosférico. Una apuesta clara por el ferrocarril en detrimento del transporte por carretera supondría una menor incidencia, tanto en la contaminación atmosférica -debido al menor consumo de combustibles fósiles, principales causantes del efecto invernadero, lluvia ácida, etc.- como en la contaminación acústica, esta última sobre todo en las ciudades.
Ventajas territoriales:
· Menor impacto paisajístico y menor efecto barrera, sobre todo comparado con autopistas, autovías y AVE.
· Menor ocupación del espacio. El espacio es un bien escaso, sin embargo en la construcción de las grandes infraestructuras del transporte no suelen considerarse los valores ecológicos, sociales y económicos de los espacios sacrificados. El ferrocarril convencional requiere mucho menos espacio para transportar el mismo número de personas y mercancías que otros medios de prestaciones similares.
Ventajas sociales:
· El ferrocarril es el medio de transporte más seguro. Al elegir entre las grandes opciones de transporte hay que tener en cuenta la enorme cuota de dolor y sufrimiento que la opción de la carretera supone.
· La apuesta por la carretera ha demostrado su inoperancia a la hora de mover grandes cantidades de personas o mercancías. Los estudios previenen de un futuro colapso de este modelo de transporte y apuestan decididamente por el ferrocarril, además por un ferrocarril útil para el transporte de mercancías, es decir un ferrocarril convencional. A más carreteras más coches, terminando aquéllas por resultar insuficientes.
· El ferrocarril ha sido, y es, no sólo un medio de transporte, sino también una fuente de desarrollo social; suprimir una línea de tren causa un grave daño a los pueblos y comarcas a los que presta servicio, ahonda injusticias y acentúa la tendencia al despoblamiento de las zonas rurales. Las autopistas y el AVE no inciden favorablemente en los municipios que no son puntos de origen o destino y que, por lo general, quedan peor comunicados.
· El ferrocarril convencional mejora nuestra calidad de vida al permitir aprovechar y disfrutar el tiempo empleado en el desplazamiento. Permite retomar el concepto colectivo y comunitario del transporte, favoreciendo la calidad de los valores culturales y sociales del viaje.
· Las potencialidades del ferrocarril lo convierten en el medio adecuado para la integración de colectivos de personas con movilidad reducida (ancianos, minusválidos, etc.), las cuales se enfrentan a trabas a veces insalvables y sufren la exclusión con respecto al resto de los ciudadanos. La puesta en marcha de las normas existentes al respecto facilitando el acceso tanto a los trenes como a las estaciones para las personas invidentes por medio de señalizaciones táctiles, mapas y horarios en sistema Braille, etc..., y la desaparición de las barreras arquitectónicas son elementos vitales para dicha integración.
· Aprovechar al máximo la potencialidad del ferrocarril pasa también por mantener una política de precios populares que facilite el acceso a las personas excluidas o más desprotegidas socialmente como ancianos, personas con recursos económicos limitados, jóvenes, etc..
Pero no nos engañemos, la táctica utilizada por RENFE esta vez no es ni nueva ni original, se basa en escandalizarnos con el déficit de los grandes costes que supone transportar pocos viajeros en determinados trenes, para de esta forma suprimirlos, situación bastante usual en RENFE, producida principalmente por una mala gestión en la adecuación de la oferta a la demanda social, el ejemplo más destacado y utilizado se desarrolla en estos trenes regionales.
Podemos también añadir que desde hace años es tema de debate en la Comunidad Europea la consideración de los llamados costes externos del transporte, es decir, los gastos no directos que asume la comunidad por efecto del transporte, entre los que hay que destacar los perjuicios para el medio ambiente y su repercusión en la salud de las personas, los accidentes y el tiempo perdido en embotellamientos. Aunque este debate sin embargo no ha fructificado en ninguna medida concreta, y se ha limitado a aparentar una respuesta a una demanda social cada vez más acuciante.
Si a la cuenta de resultados de los diferentes modos de transporte se le imputaran los costes externos, el balance sería significativamente más favorable para el ferrocarril que para cualquier otro modo, particularmente la carretera.
Un estudio realizado con datos del año 1995, presentado en abril del 2000, realizado por encargo de la Unión internacional de Ferrocarriles y llevado a cabo por expertos de la Universidad alemana de Karlsruhe y la consultora suiza Infras AG, ha valorado en 88 billones de pesetas por año el coste externo del transporte en Europa (incluyendo a 15 países de la UE, más Noruega y Suiza). Esta enorme cifra equivale al 7,8% del PIB de dichos Estados. A conclusiones parecidas llega la Comisión Europea en otro trabajo que cifra en 39 billones de pesetas los costes externos anuales del transporte en la Unión Europea.
Entre los costes externos ambos estudios destacan los accidentes de tráfico, la contaminación atmosférica, el ruido y la congestión por saturación de carreteras, que por si sola es responsable de la mitad de los costes externos. Como conclusiones se señalan que “sin un cambio sustancial en los hábitos y en las inversiones existentes en el sector del transporte, habrá que contar con mayor congestión y mayores costes externos en el futuro (en torno al 42% del PIB en el año 2010)”.
Aplicando ambos estudios al caso español, se comprueba que RENFE aporta a la sociedad española unos ahorros en costes externos que prácticamente equilibran las compensaciones establecidas en el Contrato Programa, incluido el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria.
Por todo ello debemos evitar los actuales planes para el ferrocarril que pasan por una progresiva privatización, la destrucción de servicios, la elitización del transporte de viajeros, el abandono de los tráficos de mercancías menos especializados, el cierre de estaciones, la especulación con el patrimonio social y la financiación de negocios particulares con fondos públicos.
Es nuestra obligación como corporación apostar por un ferrocarril en las siguientes condiciones:
▪ Un ferrocarril público de titularidad y gestión, orientado a las necesidades de la sociedad.
▪ Un ferrocarril en el que la seguridad se anteponga a cualquier otro criterio.
▪ Un ferrocarril cuyas ventajas reviertan en el ciudadano mediante tarifas asequibles.
▪ Un ferrocarril que facilite la accesibilidad: personas con movilidad reducida, coches de niños, bicicletas, equipajes.
▪ Un ferrocarril que garantice el derecho a la movilidad, incluso en los territorios con mayores carencias en infraestructuras.
No podemos olvidar que el tren tiene que seguir manteniendo una función pública y social. No se puede entender el transporte público como una forma de rentabilidad económica.
Por todo lo anteriormente expuesto, el Ayuntamiento de Moralzarzal acuerda:
· Mostrar su apoyo a la recogida de firmas que están realizando estudiantes de la Comarca en contra de la supresión de varios servicios del tren regional entre Madrid y Segovia, lo mismo que a las gestiones ya realizadas por otros Alcaldes frente a esta agresión.
· Que se inste a RENFE a través de su presidente José Salgueiro y de su director general de Servicios de Cercanías y Media Distancia, Javier Pérez Sanz a que reconsidere la supresión de servicios ferroviarios en ambos sentidos en la línea convencional Segovia-Madrid por el perjuicio que genera a los vecinos de Moralzarzal y a los de los municipios y provincias de su entorno en sus comunicaciones cotidianas.
· Que se inste a RENFE a que negocie y llegue a un acuerdo dialogado con los representantes de los vecinos de los municipios afectados en caso de que sea inevitable la supresión de algún servicio.
· Que se mande el acuerdo del pleno al Ministerio de Fomento y a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
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